miércoles, 30 de diciembre de 2009

CAPSULA 13 - EL TEMPERAMENTO DEL ESCRITOR

¿Cuáles temperamentos son ideales para escribir libros? Hace más de 2,400 años que Hipócrates dividió a las personas en cuatro categorías básicas, que él nombró: sanguíneo, colérico, melancólico y flemático. Cada temperamento tiene fortalezas y debilidades que distinguen a cada persona a través de su vida.
Una vez que la persona diagnostica su propio temperamento, está mejor equipado para determinar cuáles vocaciones son mejores para su vida, y cuáles esquivar, para lograr el desarrollo máximo de su potencial.

Veamos a cada uno de estos cuatro temperamentos, según el autor, Dr. Tim LaHaye:
Sergio Sanguíneo es siempre amable, vivaz, alegre, extrovertido. Es más bien sentimental que intelectual. Le gusta estar con gente, de hecho, evita estar mucho tiempo solo. Es buen conversador, tiene abundantes amigos, y por eso mismo le cuesta terminar los trabajos por las muchas interrupciones y distracciones. Los sanguíneos, a menos que tengan un cociente intelectual alto, no son buenos para el estudio formal. Pueden hacerlo si son motivados, porque son listos, pero son inquietos e indisciplinados. Tienen una potencial increíble pero lo desperdician por no ser disciplinados. La concentración por mucho tiempo les es difícil.
Por su carisma personal con la gente, el sanguíneo conoce los temas que les pueda interesar, y podrá tener buenas ideas para artículos o libros, poniéndoles emoción y calor humano. Pero necesitará de alguien que le ayude a redactar y ordenar los pensamientos por su falta de disciplina.
Carlos Colérico es muy activo, autosuficiente, práctico e independiente. Es extrovertido, pero no tanto como Sergio Sanguíneo. Tiene ideas sin fin para proyectos y actividades, cuyo fin es producir algo útil. No tiene miedo de la adversidad, y su determinación le permite lograr éxito donde otros han fallado. Es poco emotivo, poco sensible y muy mandón. Los coléricos son chispudos en general, pero no brillantes. Les atrae temas como historia, literatura y psicología. Quizás no tengan buena ortografía, porque no toman el tiempo para ese detalle, pero son buenos para la lectura rápida y tienen mentes curiosas, siempre preguntando por qué. Los coléricos les gustan las estadísticas, los diagramas, las gráficas. Les gusta saber cómo encaja cada cosa en el cuadro grande de la vida.
La determinación del colérico le permite concluir los proyectos que se propone, así que si eso incluye el escribir, lo logrará. Por su mente ágil y su hábito de lectura, podrá redactar trabajos interesantes y valiosos. Tendrá que conseguir alguien con buena ortografía para revisar sus trabajos antes de publicarlos. Ni modo.
Martín Melancólico es analítico, perfeccionista y con dones en las artes, siendo muy sensible, muy emotivo. Tiende a subestimarse a sí mismo y lo que es capaz de hacer. Es más bien introvertido, y sus amistades son aquellos que se extienden en amistad hacia él. Puedes confiar en él al designarle un trabajo, porque no quiere defraudar a nadie. Su capacidad analítica le capacita para diagnosticar bien los pro y contra de situaciones a su alrededor. Tiene el potencial de producir grandes obras de arte o genio, cuando está inspirado. Los melancólicos son buenos para el trabajo intelectual, porque tienen una mente inquisitiva; y si aprendieron a leer bien, tendrán un apetito voraz para la lectura. Tiene una mente retentiva que permite recordar abundantes detalles. Tiene buena ortografía por la memoria visual de las palabras. Aunque tiende a tener en desorden su oficina y su escritorio, tiene excelente concentración a pesar del desorden, las interrupciones o los ruidos alrededor.
Los melancólicos tienen el mayor potencial de ser escritores por su mente analítica y su sensibilidad hacia las personas. Pero depende de las personas a su alrededor para motivarle, para que no pierda la inspiración, y logre terminar los trabajos excelentes que es capaz de realizar.
Felipe Flemático es siempre calmado, tranquilo, nunca enojado, nunca violento. Atrás de su temperamento casi tímido, tiene muchas habilidades, incluyendo una mente retentiva. Aunque no lo muestra, siente emoción y aprecia las artes. No le faltan amigos porque le agrada estar con gente, y es bueno para escuchar a los demás. Tiene una perspectiva positiva a la vida pero tiende a ser más espectador que participador y evita involucrarse en actividades. Pero cuando está motivado, participa con dedicación. Pocas veces el flemático llega a desarrollar su potencial completo en la vida por su pasividad, pero tampoco fracasa. Los flemáticos son atraídos al campo de la educación, porque son excelentes en cualquier cosa que requiere paciencia meticulosa y rutina diaria. La mayoría de los flemáticos tienen aptitudes mecánicas, llegando a ser buenos técnicos. Tiene la mente ordenada, capaz de análisis y deducciones; tiene buena memoria y es inteligente. El flemático, por su temperamento pasivo, tiene dificultad en sentirse capaz de buscar agresivamente algo que desea o necesita.
Los flemáticos pueden ser buenos escritores porque son meticulosos y les agrada la rutina, pero necesitan una serie de trabajos cortos en vez de proyectos extensos porque tienden a procrastinar los proyectos extensos. Es probable que sean buenos mecanógrafos, con una velocidad admirable, pero necesitan de personas a su alrededor que le animen a terminar sus proyectos.
El temperamento que trae cada uno de nosotros afecta todo lo que hacemos, así que mejor que determinemos cual es nuestro temperamento, y lo entendamos, para así lograr más en la vida.
Bibliografía: Why You Act the Way You Do, Tim LaHaye, Tyndale, 1988
EJERCICIO:
1. Hacer una lista de las cualidades principales de tu temperamento, y decidir si eres sanguíneo, colérico, melancólico, o flemático, o una combinación de dos de ellos.
2. Considerar si por tu temperamento tienes potencial de ser autor de libros, autor de artículos, etc.
3. Considerar lo que te impide llegar a ser autor, y con el poder de Dios operando en tu vida, pida a Dios un milagro para cambiar lo que te impide lograr tus metas.

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