martes, 26 de mayo de 2009

CAPSULA 7 - CUANDO ESCRIBIR UN ARTÍCULO AUTO BIOGRÁFICO

Domingo, 15 de MARZO de 2009

Decía el famoso escritor norteamericano O. Henry que en cada vida humana hay una historia que vale la pena contar, que hay una faceta de esa vida que es interesante. Cada uno de nosotros traemos una combinación única de trasfondo, cultura, etnia, lengua(s), educación, etc. Y la pregunta surge: ¿cuál aspecto de mi vida personal vale la pena compartir en un artículo autobiográfico? ¿Qué hay de especial de mi vida que podría inspirar a un lector, y ayudarle en su vida?

1. TESTIMONIO DE CONVERSIÓN. Cada persona conoció a Dios y el Evangelio de manera diferente. El proceso que se llevó, los conflictos, las personas que tuvieron parte en el proceso, puede redactarse de manera interesante, llevando al lector a reflexionar sobre el Evangelio en sí, motivando su propia conversión a Cristo Jesús. Por ejemplo, el misionero Hudson Taylor conoció el Evangelio por medio de un folleto evangelístico que leyó y transformó su vida. ¿Cómo fue que conociste el Evangelio, y rendiste tu vida a Jesucristo? Se recomienda empezar un artículo de conversión con un punto crítico o emocionante de tu vida, para luego presentar tu historia, mostrando tu vida antes de conocer a Cristo, y los pasos o circunstancias que llevaron a la experiencia espiritual. Puedes incluir diálogo y descripción para dar color y vida, e incluir los cambios que se produjeron luego.

2. UNA EXPERIENCIA DIFÍCIL, UN ACCIDENTE, UN TRAUMA. ¿Cuál fue la experiencia más dura de tu vida? ¿La experiencia más traumática? Personas hoy en día están buscando respuestas, y si Dios te ayudó a sobrellevar una situación muy dura, un artículo sobre el tema podrá ayudar a otra persona lograr victoria también, por ejemplo, un encarcelamiento injusto, una enfermedad incurable, o la pérdida de un hijo.

3. UNA FACETA DE TU PROFESIÓN O TRABAJO. Algunas personas, por su tipo de trabajo o profesión, han tenido experiencias por demás interesante, y tiene madera para un artículo autobiográfico. El arquitecto que construyó el Teatro Nacional, el músico que escribió una partitura de renombre, un médico que estableció una clínica en un pueblo necesitado, el economista que logra salvar una empresa de la quiebra, un agrónomo que conoce las complejidades del cultivo del café, un abogado que logra resolver un caso por demás complicado.

4. UNA FACETA DE TU VIDA PERSONAL QUE ES ÚNICA. La madre de trillizos, alguien que desde la pobreza alcanzó la prosperidad, una persona que habla cinco idiomas, una persona que llegó a los cien años de vida, etc.

5. UNA FACETA DE TU MINISTERIO CRISTIANO QUE ES POCO COMÚN. Un pastor que levantó una iglesia desde la nada, y llegó a ser una mega iglesia. Un grupo musical (orquesta) o coral que ha logrado excelencia, viajes misioneros a lugares exóticos, una psicóloga que ayuda a adolescentes abusados, un comunicador radial popular, etc.
RECORDEMOS LAS PARTES DE TODO ARTÍCULO
  1. El "gancho". Atrae el interés del lector en el tema.
  2. Un "puente" o transición.
  3. El desarrollo del artículo.
  4. Conclusión.
MODELO DE UN ARTÍCULO AUTOBIOGRÁFICO: (mi esposo, Samuel)
ME LLAMARON EL HOMBRE "RECICLADO"
El "gancho": Según dice la gente, no debería haber sobrevivido semejante accidente el 9 de junio del 2001. Los que han visto como quedó mi vehículo dicen que fue un milagro. Lo único que me acuerdo, cruzando la curva de Nahualá para ir a Quetzaltenango, de frente vi una camioneta. Y después no me acuerdo más nada. Cuando me desperté, encontré dos jóvenes que habían parado para socorrerme, y se quedaron conmigo hasta que vinieron los bomberos. Llamaron a mi esposa para informarle lo que había pasado, y llevaron mis efectos personales a mi familia en Guatemala. Para mí eran como ángeles de Dios.
Un "puente": Era un sábado, y había ido a la Universidad Panamericana, donde enseñé toda la mañana en la Facultad de Educación. Iba a viajar a Quetzaltenango en la tarde, donde se iba a presentar la extensión de Teología de la Universidad Panamericana. Luego en la noche, predicaría en una reunión con Hombres Cristianos. Para el domingo en la mañana iba a predicar en la Primera Iglesia del Nazareno. Pero todo eso cambió por el accidente.
El "desarrollo":
Todo quebrado, me pusieron en una camilla y me llevaron a Quetzaltenango. Uno de los bomberos que iba conmigo, me preguntó a qué iba a Xela y le conté que iba a predicar a la Primera Iglesia del Nazareno. Él era cristiano y estuvo orando durante todo el viaje, reprendiendo la muerte, porque casi me cruzo al otro lado.
Ya en el hospital y acompañado por colegas del ministerio, se planificó una serie de cirugías. Se logró el permiso por teléfono de mi esposa para autorizar la cirugía de rostro, porque tenía totalmente desecho el lado derecho. Gracias a Dios, el ojo no se dañó, pero hubo necesidad de 50 puntos para reconstruir mi cara.
Saliendo de esa cirugía, llegaron mi esposa y mi hija. Hasta el lunes o martes, no tenía noción clara del tiempo, ni de qué pasó, ni como estaba. Era una mezcolanza de médicos, enfermeras, y ser llevado de un lugar a otro en camilla. El domingo a la mañana me operaron la pierna derecha, que tenía múltiples fracturas desde el tobillo hasta debajo de la rodilla. Tardarían cinco horas para unir los huesos con varilla y tornillos. El hombro derecho estaba dislocado y quebrado, pero decidieron no operar, sino solo poner un yeso para inmovilizarlo.
Ya pasando unos días, empecé a preguntar ¿y ahora qué? No tanto preguntar por qué pasó sino: y ahora ¿qué hace uno? Desde el hospital delegué mis clases y trabajos universitarios, sin saber cuánto tiempo duraría mi recuperación y si volvería a caminar. Luego de una semana en el hospital, me llevaron a la casa en la capital donde estuve cuatro meses en silla de ruedas.
Dios proveyó milagrosamente para los gastos y mis hijas y mi esposa me cuidaron bajo la tutela de la traumatóloga, Dra. Lourdes Berríos de Muñoz y del cirujano plástico. Siendo un hombre inquieto, de mucho trabajo y poco dormir, era extraño este período de mi vida. Pero Dios fue fiel en ayudarme en estos meses tan difíciles para mí y mi familia. Fue entonces que empecé a usar una computadora, y aprendí a usar la mano izquierda porque la derecha nunca quedó bien del todo.
Dios proveyó un automóvil automático, y luego de usar los servicios de mi esposa y mi hija para el transporte, eventualmente regresé a manejar carro, porque era necesario para ser útil.
La "conclusión": Una cosa que aprendí es que uno nunca sabe cuánto tiempo estará a cargo de la tarea que le ha sido asignada, así que, mejor tener todo en orden para que otro pueda seguirle. Y la otra lección: uno no es indispensable, pero debe estar seguro ser útil en el tiempo y el lugar donde Dios le pone, siendo una herramienta útil en las manos de Dios hasta el tiempo que El dispone. (resumido del libro Señor, Hazme Útil, pendiente de publicar)

EJERCICIO:
1. Recordar algún artículo autobiográfico que has leído que te fue de bendición, y considerar porqué te fue de bendición.
2. Evaluar diferentes facetas de tu vida personal que podrían tener valor como artículo autobiográfico. Anotar ideas a medida que surjan, y si abundan, puedes desarrollarlo en un artículo de una a tres páginas.

1 comentario:

  1. Hola!

    Me parece una pena que no haya muchos comentarios en este blog, sienod el contenido tan bueno.
    Muchas gracias por el artículo, eso del gancho, puente y transicion. Seguro me será muy util.

    Gracias de Nuevo

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