sábado, 2 de octubre de 2010

CAPSULA 15 - LOS INGRESOS DEL ESCRITOR – ¿puede un escritor vivir de sus escritos?

Cuando he dado algún taller para escritores, siempre surge la pregunta si un escritor puede vivir o no de sus escritos. La mayoría de los escritores no viven de sus escritos, sino que es algo extra que ocupa su tiempo, produciendo ingresos ocasionales. El escribir es como una extensión de su ministerio o su profesión. Por ejemplo, el Dr. Rodolfo Rossino (médico) escribió el libro Venza el Estrés, Jeffrey De León (líder juvenil) escribió el libro: Soy Líder de Jóvenes, y ahora ¿quién podrá ayudarme?,
Luis del Cid (chef) escribió una serie de libros de cocina: Cocina, Sal y Pimienta, Iván Monzón (psicólogo) escribió Siete Pasos para Escoger Carrera, Alma Mazariegos de Recinos (maestra de música) escribió Lecciones Elementales de Música, Rigoberto Gálvez (pastor y comunicador) escribió sobre La Teología de la Comunicación, Samuel Berberián (Decano y teólogo) escribió sobre Hablando de Frente con el Liderazgo del Tercer Milenio, Josué David López (pastor) escribió Cómo Dirigir el Estudio Bíblico Celular, y yo (catedrática universitaria) estoy terminando un libro sobre Tesis en 3 Meses.
Quiero afirmar que es posible que un autor pueda sostenerse con los ingresos de sus escritos, pero debe atenerse a ciertos principios. Veamos algunos de ellos:
  1. PRODUCIR LIBROS QUE AYUDAN A RESOLVER PROBLEMAS. Si quieres escribir sobre un tema que es interesante pero no ayuda al lector a mejorar su vida, no le ayuda a resolver problemas en su vida, ese libro no tendrá mucha venta, y por ende, pocos ingresos para su autor. El escritor, Max Gunther, afirma que las personas que ganan fortunas son las que ayudan a resolver los grandes problemas de la sociedad de hoy.[1] Lo aplicó a los serios problemas de transporte en nuestras ciudades, pero el principio de todos modos es válido. La mayoría de las personas compran un libro con el propósito de aprender algo útil que beneficiará su familia, su empresa, su iglesia, o su vida personal. El guatemalteco no lee por placer sino por necesidad. Muchos libros populares llevan en su título la palabra “Cómo… “ Por ejemplo: Cómo salir de las deudas, Cómo predicar, Cómo aprender griego, Cómo bajar de peso, Cómo cocinar, etc.
¿Qué soluciones has descubierto en la vida o en tu profesión que te permita escribir sobre ellos, para que otros aprovechen de esas soluciones?
  1. PRODUCIR LIBROS QUE TIENEN UN MERCADO AMPLIO. El mismo autor, Max Gunther, afirma que para lograr abundantes ingresos es importante crear un producto que sea útil para muchísimas personas.[2] Un libro de texto, bien escrito, podrá servir para cantidad de alumnos en muchos colegios. En cambio, un libro de poesía no es “popular”, no tiene un mercado amplio. Un libro de cocina es popular porque enseña al lector sobre las técnicas culinarias. Decía el autor, Ian Darke, que la palabra “marketing” es aceptado en el mundo de los negocios, pero malentendido en el mundo cristiano. Afirma Darke que “marketing” es en esencia la tarea de ver quien es nuestro público y luego saber de ellos mismos como les podemos servir. En cambio, la “venta” empieza con un producto que queremos impulsar a un mercado.[3]
Horacio Alger se hizo rico escribiendo más de cien novelas (esto hace años), con una venta de 20 millones de copias durante su vida. El éxito retundo de sus libros es difícil de explicar porque todos tenían una misma fórmula: un niño huérfano de la calle triunfa sobre la adversidad aplicando las reglas del Buen Libro (la Biblia), trabajando duro, orando mucho, y pensando pensamientos limpios. Los villanos eran los más crueles, pero siempre aparecía algún benefactor, y el niño logró ser un empresario de éxito, un profesional, un millonario. Así eran todos los libros, pero las personas compraban libro tras libro.[4]
¿Qué libro tienes en ti que podría llegar a ser un “best seller”, con amplio mercado?
  1. DISCERNIR EL MERCADO ANTES QUE LOS DEMÁS LO VEAN. O sea, adelantarse a ver una necesidad, un interés, una situación. Cuando en los años 1960 las empresas que construían aviones decían que para el año 1970 se venderían 300 jets pequeños para empresarios, el Sr. Lear, inventor de los jets Lear, calculaba una venta de 3,000. Dijo Lear: “La clave es discernir un mercado antes que exista. Si hubieras dicho en 1925 que se construirían nueve millones de automóviles por año hasta 1965, alguno diría que eso sería imposible.”[5]
¿Cuáles serán las necesidades y oportunidades de los próximos diez años? ¿Cuáles libros podrán llenar esa necesidad que se aproxima? Quizás tu libro podrá llenar esa necesidad.
  1. ENTENDER QUE EL ESCRITOR NO ES RESPETADO Y APOYADO COMO OTROS MINISTERIOS. Las personas fácilmente respetan a un pastor, a los profesores, a los profesionales, pero miran a un escritor como alguien con un gran ego que solo quiere ver su nombre en la portada de un libro. Un autor es un profesional, y no es fácil su labor. El autor Arnoldo Canclini, autor de más de 70 libros, dice: “Quizá algún día, que no creo ver, un escritor sea puesto a la par de otros ministerios; entonces se podrá contar con los recursos y el apoyo necesario.”[6] Quizá por eso que Latinoamérica ha producido tan pocos autores…
¿Qué libro hay en tu mente y corazón que saldrá a la luz a pesar de tener poco apoyo?
  1. ESCRIBIR PARA UNA AUDIENCIA DETERMINADA. Un libro no puede servir para todo mundo, para un adolescente, un universitario, un padre de familia, o los abuelos. Uno tiene que definir para cuál grupo de personas es el libro y enfocarlo a esa audiencia, para que el libro pueda ser exitoso. El conocido historiador, Justo L. Gonzáles dijo lo siguiente: “Siempre escribo para una audiencia determinada. Al empezar un proyecto, escojo entre personas conocidas una audiencia imaginaria de unas cinco a diez personas a quienes conozco por nombre, y que, con todo y ser diferentes entre sí, representan en lo general el tipo de persona que ha de ser la audiencia de este escrito en concreto. Entonces, al escribir, me imagino que tengo a esas personas delante, que les estoy hablando…”[7]
¿Cuál “audiencia” estás pensando para tu libro? ¿Universitarios? ¿Profesionales? ¿Pastores y líderes? ¿Amas de casa? ¿Niños? ¿Jóvenes? ¿Campesinos?
  1. CONSIDERAR QUE LA MAYORÍA DE PERSONAS NO TIENE EL HÁBITO DE LECTURA. No puedes vender muchos libros gruesos y con letra pequeña a un pueblo que no acostumbra leer. Un libro “popular” será fácil de leer y a un precio adecuado. Dijo el Dr. Emilio Antonio Núñez: “Nos jactamos en Guatemala de que la Universidad Nacional es tres veces centenaria, pero el cincuenta por ciento de los guatemaltecos no sabe leer… Este cuadro de subdesarrollo nos dice mucho en cuanto al trabajo de escribir, publicar y distribuir literatura cristiana en América Latina. El analfabetismo funcional, o sea el de la gente que sabe leer pero no lee, es otro obstáculo en el camino de la literatura cristiana.”[8] Si un 30% de las personas no saben leer, y otro 40% nunca lee, tenemos apenas un 30% de la población que lee, siquiera un poco.
¿Qué clase de libros debiéramos producir para ese 30% que lee? ¿Qué clase de libros debiéramos producir para ese 40% que nunca le tomó el gusto a la lectura? Debemos considerar nuestra audiencia potencial y escribir sabiamente para ellos. ¿Te animas a intentarlo?
EJERCICIO:
1. ¿Cuáles temas dominas muy bien, en conocimiento y experiencia personal?
2. ¿Cuál aspecto de esos temas tendrán un potencial mercado bastante amplio?
3. Anotar ideas para ese libro, con una posible lista de capítulos.
4. ¿Cuál sería la audiencia propuesta para tu libro? Su edad, su educación, sus intereses.
5. ¿Consideras que este libro tuyo tendrá un mercado amplio? ¿Por qué?

[1] The Very, Very Rich and How They Got That Way, Max Gunther, 1972, p. 300
[2] Max Gunther, ibid, p. 283
[3] Double Transformation, Ian Darke, 2003, p. 78
[4] The Very, Very Rich… Max Gunther, 1972, p. 45
[5] The Very, Very Rich and How They Got That Way, Max Gunther, 1972, p. 148
[6] La Aventura de Escribir, capítulo 2: “Pasado y futuro de un escritor” por Dr. Arnoldo Canclini, 2003, p. 39
[7] La Aventura de Escribir, capítulo 3: “Por qué y para qué escribo”, Justo L. González, p. 51
[8] La Aventura de Escribir, 2003, capítulo escrito por el Dr. Núñez, p. 129

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