¿Tendrá algo que ver todo esto con el escritor?
Dijo el Dr. Luis Achaerandio, en su libro Competencias fundamentales para la vida: “En esta sociedad de aprendizaje, hay un desplazamiento inteligente de una educación centrada en la ‘enseñanza’ hacia una educación centrada en el ‘aprendizaje’ del alumno… En síntesis, el alumno y su formación es el centro de referencia de la educación y no el maestro ‘docente’” (URL, Guatemala, enero 2010, página 33). O sea, no es importante que el maestro haya enseñado ortografía sino que los alumnos lo hayan aprendido y lo apliquen a diario cuando escriben.
En la misma página el Dr. Achaerandio también afirma: “Se tiene que aligerar y descargar de contenidos inútiles al pensum de los grados, cursos y carreras.” Se ha acostumbrado sobrecargar cada curso de contenidos que el alumno no tiene la capacidad de absorber. Es tiempo para evaluar cada curso, reforzando lo valioso, y descargando los contenidos no necesarios, los menos útiles. Es un reto a todos los que participamos de alguna manera en el mundo de la educación (o del entrenamiento de líderes) para mejorar nuestra forma de enseñar.
Notemos que la modificación a “enseñanza por competencias” no solo es para Guatemala, porque hace varios años que catedráticos de universidades de Europa y luego Latinoamérica están evaluando y proponiendo cambios para mejorar la educación universitaria.
En el artículo “Modelo de competencias: la universidad se acerca a la empresa” el autor Alex Montero (Costa Rica) afirma que hay un divorcio entre la formación académica y el mundo empresarial, y que un profesional recién graduado, al ingresar al mundo laboral, se lleva la más ingrata de las sorpresas porque sus años de universidad son insuficientes para desempeñarse bien en los puestos que solicita. Explica Montero: “Desde la década de 1990 se hace sentir con fuerza la propuesta de la educación por competencias como alternativa para superar la brecha entre educación superior y mercados.” Define el término competencia así: “los conocimientos, las aptitudes profesionales y el saber hacer que se dominan y aplican en un contexto específico”. Se trata de la integración del “saber” con el “saber hacer”, de la teoría con la práctica, del conocimiento con la acción, con miras al desempeño satisfactorio en el mundo del trabajo.
El Dr. Jesús Alberto Rodríguez Salazar (Venezuela) dijo en su artículo “Razón de Ser de las Competencias en la Universidad” lo siguiente: “Las competencias constituyen un enfoque educativo que busca la integralidad formativa …que le permitan (al alumno) desenvolverse en la solución de problemas. Es decir …darles uso en pos de un resultado práctico.” Y sigue diciendo: “El proyecto Tuning en Europa (2000) y el ALFA-Tuning en América Latina (2004) aglutinan alrededor de sus objetivos a cientos de Universidades, en uno y otro continente, que en primera instancia declararon estar vitalmente interesadas en formas revisadas de desempeño académico que ayudarán a la obtención de un mejor producto acabado en sus procesos de docencia.” (Publicado en julio 2010)
En el sitio de tuning.unideusto.org informa que: “El proyecto Alfa Tuning América Latina, Innovación Educativa y Social (2011-2013) busca continuar con el debate ya iniciado con la primera parte de este proyecto llevada a cabo de 2004-2007…para seguir ‘afinando’ las estructuras educativas de América Latina a través de consensos…Participan más de 230 académicos…de Latinoamérica y Europa.” (www.tuning.unideusto.org/tuningal/)
Este proyecto incluye la identificación de competencias genéricas según las diferentes profesiones. 186 universidades en Latinoamérica están participando, divididos en doce grupos de trabajo según el área: arquitectura, administración de empresa, química, ingeniería civil, educación, geología, historia, ciencias jurídicas, matemática, medicina, enfermería y física.
¿QUÉ TIENEN QUE VER LAS COMPETENCIAS CON EL ESCRITOR?
Cuando un escritor se prepara para escribir, (sea un libro, artículo o ensayo) tiene que empezar considerando al “alumno”, que en este caso es el “lector”, para conocer sus necesidades y sus inquietudes, para proveerle lectura que alimentará su mente, que proveerá algo útil a su vida. Por ejemplo, el Dr. James Dobson vio que muchas parejas tenían problemas para disciplinar correctamente a sus hijos, y escribió su primer libro Atrévete a Disciplinar, que ha vendido 3 millones de copias. El Dr. Dobson tenía claridad de la competencia que necesitaban las parejas jóvenes en relación con sus hijos.
Un escritor necesita conocer los problemas de su país, y de la población que viven en él, antes de sentar a dedicar meses o años en la redacción de algo de poca utilidad. Un autor debe visualizar lo que el lector será capaz o competente de hacer luego de leer el escrito.
La Licda. Alba de González (Universidad Panamericana, Guatemala), en una conferencia a catedráticos el 2 de diciembre de 2010, explicó que hay dos lógicas antagónicas de la educación superior: a) la epistológica, el conocer solo por conocer; y b) la práctica, que forma alumnos para las necesidades de hoy. Explicó que lo que yo sé hacer es mi “competencia”, y una competencia es un “saber hacer”.
La Licda. Silvia Castro, Directora General de Acreditación y Certificación del Ministerio de Educación en Guatemala, afirmó en una conferencia que dio a catedráticos de UPANA el 11 de mayo de 2011: “Muchos maestros corríamos detrás de contenidos sin desarrollar realmente destrezas en nuestros alumnos. Tenemos que formar alumnos que serán competentes en el mañana cuando serán contratados por una empresa.”
Un pensamiento final: no es cuanto lee una persona, sino cuánto aprende y aplica a su vida que lo hace competente.
EJERCICIO:
1. Tomar 3 escritos tuyos y evaluar si contribuyen a desarrollar competencias en el lector o no.
2. Considerar tus áreas de conocimiento y experiencia, y considerar también las necesidades del país. Anotar temas que podrías desarrollar para hacer la diferencia a través de escritos.
3. Planificar empezar a redactar estos trabajos durante los próximos seis meses.
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